¡NO ERES VÍCTIMA!

Hoy me cayó un veintesazo o como se escriba (¿veintazo?) mientras me disponía a almorzar. Saqué lo que iba a comer, y mientras se calentaba, pensé qué serie vería pues no hay alguna que por el momento me cierre el ojo. Y es que las que no muestran transexuales, muestran homosexuales dándole con singular alegría, bisexuales haciendo tríos, etc. ¿Que si me espanto? Para nada, como dijo una señora que conozco: cada quien su cola. Peeeero, de eso a que a fuerza tenga que chutarme toda esa pornografía, pues no. Sé que la Élite exige cada vez más que se incluya a ese tipo de minorías en el cine y la televisión, pero ¿por qué ser tan explícitos? ¿Por qué esa necesidad de que veamos como algo normal la pederastia, el meterte con varios a la vez, el enseñar a los niños que ellos pueden “escoger” su género? ¡No, no y no! Me niego.

En eso, tuve un chispazo de conciencia: ¡La Élite no es mala… ni buena! Netflix no es malo ni bueno, Facebook no es malo ni bueno, los celulares no son malos ni buenos… ¡somos nosotros los que tenemos el poder de decidir si consumimos sus productos o no! Así como un cigarro no se prende solo ni se te trepa hasta llegar a la boca, así es el rollo con todo lo de fuera: ¡¡¡¡YO DECIDO CON QUÉ ALIMENTARME… YO TENGO EL PODER!!!! Y tan lo tengo, que desde hace casi un año estoy -por tercera ocasión- en vacaciones de Facebook. Un día, dándome cuenta de que entraba a esa red social cada vez que agarraba mi teléfono (¡que son muchísimas veces al día!), dije: ¡Hasta aquí Mark, ya no vas a jugar con mi psique! Y desde entonces no entro a Facebook. Claro que eso de ya no vas a jugar es un decir, pues como ven, no me he salido de Instagram, pero por lo menos aquí no pierdo tanto tiempo pues son pocas las cuentas que sigo, justamente para no seguir con la adicción.

Así que volteé a la derecha y le dije al control de la tele: hoy no te agarro chiquito. Giré hacia la izquierda y tomé el libro “El Juego de la Vida y Cómo Jugarlo” de Florence Scovel Shinn, que tenía que haber leído desde hace varios meses.

Horas más tarde me llegó una notificación de un “en vivo” de Diego Dreyfuss y me conecté, pues el chavo se avienta unas buenas perlas de sabiduría en su muy florido lenguaje (lo cual me encanta, han de disculpar). ¿Y qué creen? Que el universo quiso asegurarse de que había entendido el chispazo que se me dio en la mañana, pues de repente dice Diego: “En la actualidad hay mucha información, pero cero conciencia. No podemos seguir conectados en el planeta escuchando y leyendo información de a montón, pero tú no estás usando tu brújula interna. Las cosas no son per se malas ni buenas, las cosas SON. El tabaco no hace daño ni hace bien. Yo me hago daño si me apendejo y fumo muchos…y hay quien ni eso”.

¿Qué curioso, verdad? El buen Diego vino a ratificar esa prendida de foco que tuve, y yo quiero compartirlo con ustedes para recordarles que NO SOMOS VÍCTIMAS de las circunstancias ni de nadie, que la Élite (o su jefe desgraciado, su novia tóxica o su mamá cruel) simplemente está haciendo aquello que vino a hacer, está representando un papel en la película que CADA UNO DE NOSOTROS estuvo de acuerdo en grabar, y por lo tanto, SOMOS NOSOTROS QUIENES TENEMOS EL CONTROL.

¿Por qué? Por el simple hecho de que COMPARTIMOS EL ADN DE AQUEL QUE NOS CREÓ. ¿Y ahora resulta que unos pendejos hijos de su madre nos van a controlar? ¡Ni máiz!

Facebook Comments

Leave a Reply

This site uses Akismet to reduce spam. Learn how your comment data is processed.