¿Y LA LIMONADA APÁ?

El día de ayer tenía los mismos planes que había tenido los últimos sábados y domingos, levantarme, dar de comer a los perros, tomar mis suplementos y la proteína, y sentarme a dos ignacias a sacar dos de mis más grandes pendientes: las millas que recorrí el año pasado (para la declaración de impuestos) y la revisión de Mamá con Soda.

¿Revisión? ¿Cómo para qué o qué? Pues porque después de varios meses en un taller de narrativa con el gran Kato Gutiérrez (un regio que hace honor a su gentilicio), me di cuenta de lo que es literatura en verdad. Y con esto no estoy satanizando a mi primer bebé literario, si lo escribí y publiqué fue simplemente porque sentí el impulso de hacerlo, mas nunca pensando que ganaría el Premio Nobel con él.

Así que un buen día me animé a contratar sus servicios de tallereo (corrección de estilo), y ahora tengo una descomunal tarea frente a mí.

Hace ya casi un mes que me envió el primer paquete con sus observaciones, y todavía es hora de que no me siento a trabajar en ellas.

Y bueno, ayer que no sé por qué fregados decidí ponerme a lavar ropa y lavar platos en lugar de hacer lo que había dicho, de repente me cayó el veinte al sentirme súper culpable por postergar -una vez más- mis pendientes. Y me di cuenta de que estaba haciendo las cosas no solo con desgano sino así como “¡chin, otro fin de semana desaprovechado!”.

Ese descubrimiento no me gustó en lo absoluto, ya que me pude percatar de que NO ESTABA EN EL AQUÍ Y EN EL AHORA y eso me producía una especie de ansiedad.

¡Ah cabrón! ¡Y yo que juro que cuando la vida me da limones hago limonada! ¡Nombre… nada más alejado de la realidad!

Y me di cuenta de que eso me pasa en muchas otras ocasiones, así que ahí les va una lista de las que me acuerdo:

Cuando estoy apurada y alguien me intercepta para contarme algo y yo me frustro, NO HAGO LIMONADA.

Cuando veo el polvo en mis muebles y quiero huir a Las Malvinas porque no tengo ayudante, NO HAGO LIMONADA.

Cuando alguna amiga quiere desahogarse diciendo únicamente cosas negativas y yo me desespero, NO HAGO LIMONADA.

Cuando un cliente potencial me dice que no y yo me agüito, NO HAGO LIMONADA.

Cuando estoy platicando con alguien que no me deja emitir palabra y me empiezo a traumar porque no puedo hablar de lo que A MÍ me sucedió o de cómo YO lo resolvería, en lugar de simplemente escuchar, NO HAGO LIMONADA.

¡Ups!

Confieso que al principio me desinfló un poco el hecho de ver de frente a mi lado oscuro, pero sé que estaría peor si nunca lo hubiera descubierto.

En fin, espero ser la única en el mundo a la que le pase eso, pero por si las dudas, los invito a pensar qué están haciendo con sus limones.

¡Abursito!

Estamos de regreso!!!

Laura Jurado 2021

¡Hola! Ahora sí que después de una prolongada ausencia, las historias del blog de Laura Jurado regresan!!!

¿Y a dónde se habían ido o qué? A ningún lugar en específico… bueno, al limbo pues. ¿Y por qué? No lo sé. Un buen día me entró la loquera y decidí no escribir más. OK, sí lo sé pero esos son rollos existenciales míos que no sé si les vaya a contar algún día.

Lo importante es que estamos (mis historias y yo) de regreso y eso me hace muy feliz, yay!!!

¿Y qué ha habido de nuevo? Uy, muchas cosas, una de las más importantes es que le di su lugar a mi adolescente interior, ya que es ella quien quería ser escritora, así que todo mi agradecimiento a esa muchachita por el sinfin de satisfacciones que me ha dado al irle dando forma a su sueño.

Otra no menos importante y que va de la mano con la anterior es que entré a un taller de narrativa con un súper maestro: Kato Gutiérrez, esto gracias a la invitación de mi querida amiga Lore García.

Los martes se han convertido en el día más esperado de la semana porque es la única manera de que yo escriba. Me encanta escuchar las historias de mis compañeros, los consejos de Kato, así como los comentarios y las correcciones a mis escritos. Es increíble ver cómo mi mente va derribando barreras y la pluma se va soltando (o las teclas, más bien).

Lo estoy disfrutando tanto que en parte por eso decidí reabrir el blog y pude rescatar casi todas las historias (eso sí, muchas de ellas sin las fotos y ninguna con los comentarios anteriores, por lo cual ofrezco una disculpa a quienes historia tras historia me regalaban unas cuantas líneas).

Este nuevo blog lo dividí en varias categorías:

Publicaciones 2013

Publicaciones 2014

Publicaciones 2015

Publicaciones 2016

Publicaciones 2017

Publicaciones 2018

Publicaciones 2019

Publicaciones 2020

Cuentos Cortos (donde publicaré lo que escribo en el taller)

Filosofando (que tiene más o menos el corte que el antiguo blog tenía)

Laura Jurado (esta sección).

Como ahora tengo mucho menos tiempo que antes, haré solo lo que pueda.

En fin, ¡hay tanto de qué hablar!

Por ahora, solo me resta darles la bienvenida y… ¡co-men-zamos!!!!