Aves enjauladas

Hace muchísimos años (como veinte), mi esposo y yo nos integramos a un grupo que practicaba la meditación una vez por semana. En ese grupo duramos aproximadamente un año y puedo decir que fue el mejor momento de mi vida, espiritualmente hablando. 

Por mucho tiempo busqué otros grupos, pero casi todos eran en la tarde (lo cual con hijos es prácticamente imposible) o me quedaban muy lejos. Luego comencé a asistir a las meditaciones con los ángeles que se llevaban a cabo una vez al mes, pero nunca fui muy constante.  

Finalmente, hace poco me invitaron a una meditación semanal, relativamente cerca de mi casa y a la hora en que mis hijos están en la escuela… yes! 

Comencé a asistir y resultó que también nos daban una pequeña clase antes de entrar de lleno a la práctica. En una de esas sesiones, Christian (el instructor) nos comentó que con frecuencia percibimos las vibraciones de personas o de lugares. En eso me acordé de una vez que fui al zoológico con una vecina y su hija y que al momento de entrar al área de aves nocturnas sentí como una opresión en el pecho… caminamos solo unos pasos y de plano mejor nos salimos. 

Entonces pregunté a Christian cuál habría sido la razón de esa sensación tan fea. Su respuesta fue que probablemente se debía a que las aves no eran libres y así como años atrás había hecho con un pez que me encontré en el consultorio de mi dentista, pedí perdón a todas las aves (y animales en general) enjauladas. 

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