TRASCENDER

En diciembre de 2012, una noticia sacudió al mundo del espectáculo: la cantante mexicoamericana Jenni Rivera fallecía en un accidente de aviación.

Esto es lo que yo escribí al respecto en mi muro de Facebook:

Nunca fui fan de Jenny Rivera. Las pocas veces que la llegué a ver en la tele o a escuchar en la radio le cambiaba inmediatamente pues no me gustaba para nada… se me hacía muy corriente (con perdón de quienes se puedan ofender por esto) y me parecía que presentaba una imagen muy fea de los Mexicanos. 
Varias personas han escrito que su muerte los ha hecho reflexionar sobre lo frágil que es nuestra existencia, que debemos amar, perdonar y hacer saber a nuestros seres queridos lo importante que son para nosotros. 

A mí no me ha hecho reflexionar sobre eso… Me ha hecho reflexionar sobre lo fácil y lo injusto que es juzgar a una persona por su aspecto físico o por su forma de ser, especialmente ahora que me he dado la oportunidad de saber más de ella. Me doy cuenta que fue un gran ser humano que tocó muchos corazones. Qué mal que solo vi la forma y no el fondo, qué mal que hasta ahora descubrí que era una persona auténtica, alegre, ‘luchona’ y fuerte. 

Es curioso cómo su muerte ha provocado tantas reacciones. Eso señores, aquí y en China, es TRASCENDER. 

La gran señora vive ahora en la luz. ¡Y que viva la diva!

Jenny Rivera

¿Qué me ha hecho recordar esto? El repentino fallecimiento de Gerardo Morán, un locutor de la radio local. Este muchacho (sí, un chavalón de 49 años) tenía su sello particular. Además de poseer una gran voz, le encantaba bromear, dar recetas, cotorrear… pero sobre todo, compartir mensajes positivos y ensalzar a la mujer. Cuando me enteré de la triste noticia (bueno… triste para todos, menos para él, ya que debió de haber llegado derechito a los brazos de nuestro Creador), me sucedió algo curioso. Revisando las publicaciones en facebook, apareció la consabida sección “Personas que quizá conozcas” y me llamó mucho la atención que Gerardo Morán era el primero. Yo lo había buscado tiempo atrás, ya que en verdad me gustaba mucho el mensaje y la paz que transmitía y quería que él lo supiera, pero nunca lo encontré. Y ahora, ya sin un cuerpo físico con el cual interactuar por medio de una compu, me salía su perfil. En fin… entré a su página y con lágrimas en los ojos leí decenas de mensajes de personas que compartían el mismo sentimiento que yo.

Gerardo Morán

Al día siguiente fui con mi esposo y mi hija a ver una película sobre la vida de Yogananda, aquel gurú que con su obra clásica de la literatura espiritual moderna “Autobiografía de un Yogui” dio a conocer la filosofía oriental, básicamente, el Kriya Yoga.

Autobiografía

Este tipo de yoga no tiene nada que ver con el concepto actual. No es para adquirir un cuerpo escultural (aunque es uno de sus efectos), sino como lo mencionan en la página de ‘Self Realization Fellowship’  (organización fundada por Yogananda): “La sagrada ciencia del Kriya Yoga consiste en unas técnicas avanzadas de meditación cuya práctica fiel conduce a la unión con Dios y a la liberación del alma de todo tipo de esclavitud”.

En la película, Yogananda hace mención al Maestro Jesucristo y dice que él (quien aparentemente practicaba Kriya Yoga) realizó todos sus milagros para que los seres humanos supiéramos que eso estaba al alcance de nosotros… que todos podemos hacerlo.

El Yoga de Jesus

Y claro, una persona que como Jesús está en comunicación directa con Dios y actúa de acuerdo a ello, no puede más que TRASCENDER. Lo mismo sucedió con Yogananda –a un nivel más modesto, si quieren- y pasa día a día con tantos y tantos seres increíbles que, si bien no son tan espirituales como los dos grandes maestros que acabo de mencionar, hacen algo que los diferencia de los demás y que provoca que a su muerte, sean recordados por sus bellas obras.

Es cierto que cuando un ser querido muere tendemos a olvidar sus defectos y recordar únicamente sus virtudes (como dice mi amiga Carmela, todos nos volvemos buenos al morir, o lo que es lo mismo, escuchamos la consabida frase “tan güeno que era”), sin embargo, hay personas excepcionales que en realidad sí son muy “güenas”… su balance se inclina más hacia lo positivo y logran trascender.

Algunos lo harán a nivel mundial, otros a nivel local, con su familia (como mis queridos Gordos)… o quizás, con una sola persona.

Boda Gordos anillos

Otros, tal vez pasemos sin pena ni gloria…

¿Qué podemos hacer para no caer en esta última categoría?

En la terapia Gestalt sugieren algo muy simple: imaginar nuestra propia muerte, pensar quién o quiénes estarían ahí y cuáles serían sus reacciones; quién hablaría en el funeral y qué diría, quién se alegraría de no tener que volver a verte, etc.

Lo más probable es que no nos guste lo que veamos, pero tenemos que ser fuertes y tomar eso como un renacimiento, una segunda oportunidad. Si le sacamos provecho, tal vez logremos trascender después de nuestra muerte real, pero si no es así, no importa… habremos VIVIDO de manera CONSCIENTE.

Y tú… ¿estás haciendo algo para trascender?

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