Sanación Emocional

Hace dos años escribí en ‘Lecciones Olvidadas’:

Pero Dios hizo todo tan perfecto que no solamente nos puso pistas en la naturaleza, sino también en nuestro propio cuerpo. ¿Acaso no es éste un mapa en el cual están todas las respuestas para encontrar la salud y el equilibrio? Disciplinas como la Acupuntura, la Reflexología, la Iridología -entre otras- nos sorprenden al darnos la clave para sanarnos.

Pues bien, en los últimos meses (y más en las últimas semanas) he sido bombardeada con información que me ha hecho pensar lo mismo que hace dos años, sin embargo, ahora lo veo bajo otra luz: 

Dios nos hizo tan maravillosos y tan perfectos que nuestro propio cuerpo genera pistas (enfermedades) para que podamos sanar nuestras EMOCIONES. 

¿De qué información hablo? De la biodescodificación, la cual, según el Psicólogo español Eric Corbera que fue quien le dio ese nombre, es el arte de acompañar a la persona a encontrar la emoción oculta, esencial (el resentir) asociada al síntoma que hay (la enfermedad) para descodificarla y así favorecer la curación mediante la liberación de la emoción que hay en el inconsciente y trascender dicha emoción, transformándola. 

Este término lo escuché por primera vez hace unos dos años, cuando mi amiga Lulú me platicó que estaba muy entrada aprendiendo sobre eso. La verdad es que no me llamó mucho la atención, pero últimamente lo escucho en todos lados: con Laura Buendía –fisioterapeuta-, Haydée Carrasco –terapeuta-, en cursos, pláticas y mensajes, por lo que me di a la tarea de buscar en youtube los videos del señor Corbera. Apenas voy en la parte 4 (son 9) del curso de Curación Emocional y me está  gustando mucho. 

Me he dado cuenta de que para sanar aquello que me aqueja, debo primero poner atención a lo que hay detrás: a la emoción o actitud escondida. 

Ahora sé que en lugar de quejarme por esta u otra afección, debo abrazarlas y darles las gracias porque ellas son como el foquito que se prende en los carros cuando algo no está funcionando como debiera. Entendí que no debo quitarle el fusible a ese foquito, sino ir a la raíz del problema y cuando lo haya solucionado, el foquito se apagará solo. 

Bueno, pues no pude aguantarme a terminar todos los videos, así que me puse a buscar mis dolencias en internet y lo que encontré me dejó de a seis… ¡todo coincidía! 

Pero no solo eso… creo que he descubierto el origen de la inflamación de estómago que me ha traído en jaque desde el 2013… Creo que es un asunto emocional que sucedió semanas o meses antes y que fue el detonador para que mi pancita se viera como la de una embarazada. Bien me decía la fisioterapeuta: es algo que no termino de digerir. 

Claro que puedo estar equivocada, pero como esto me parece de lo más lógico, hoy mismo me aventé una sesión de perdón con la persona involucrada (de la cual salí como si hubiera ido a que me dieran un masaje)  y ahora le doy las gracias a esa inflamación que me ha hecho voltear hacia atrás para sanar esa emoción. 

Ya para despedirme, me voy a permitir citar –una vez más- a Laura Buendía, con esta frase que me fascina:

La vida es como es, no como debería. Gracias por todo lo que me sucede a cada instante, bueno, maravilloso, grandioso, horrible, horrendo, feo y demás. Gracias por la bendición y la maldición, gracias por la luz y por la obscuridad.

…o sea, gracias no solo por la salud, sino también por la enfermedad. 

Y claro, a todos esos maestros que surgen en el momento preciso: gracias, gracias, gracias. 

Facebook Comments

Leave a Reply

This site uses Akismet to reduce spam. Learn how your comment data is processed.