El segundo año de Gunistorias… Yay!

¡Y llegaron los terribles dos años!!! Ah no, ¿verdad? Eso es solo en los niños. Corrijo: ¡Y llegaron los fabulosos dos años!!! Así es, nuevamente nos ponemos de manteles largos, en esta ocasión, para celebrar el segundo año de vida de mi bebé gunistorias. Hasta el momento, escribir las gunicharritas y recibir retroalimentación de quienes me hacen el honor de leerlas ha sido sumamente enriquecedor. Historia tras historia voy aprendiendo un poco más de esta maravillosa pasión. 

Y bueno, hoy quiero dedicar la gunicharrita a aquellas personas que me han externado su deseo de escribir y que me han pedido asesoría. 

Primero que nada, gracias a ellas por la confianza. Para los que no lo saben, yo estudié Ingeniería Industrial en Producción, trabajé unos años en mi carrera y ahora me dedico a hacer traducciones, en su mayoría del inglés al español. Mi incursión en el mundo de las letras se dio un poco antes de que el espíritu de mi mamá abandonara su cuerpo físico y me dejara con un montón de recuerdos atorados en el corazón.

Sin darme cuenta de que estaba formando el esqueleto de mi primer libro, un día comencé a vaciar en un cuaderno algunas cosas que recordaba de mi familia (frases célebres, mascotas, apodos, señoras que habían trabajado en la casa, etc.), pero aunque eran simplemente listas, nos reímos mucho todos cuando se los leí durante la cena de Nochebuena del año 2003. Casi un año después, mi mamá dejó este plano y a los pocos meses, toda la gratitud que yo sentía por haber tenido una familia y una madre como ella se agolparon en recuerdos pugnando por salir al exterior… y mi nueva faceta de escritora (wannabe, si ustedes quieren) comenzó, cristalizando esos recuerdos en “Mamá con Soda”, mi primer libro. 

Cuando  lo llevaba a medias, Carmen Almeida -una amiga de la secundaria- vino a mi casa de visita, por lo que aproveché para mostrarle lo que llevaba escrito y le dije que quería entrar a la universidad para tomar algún curso de escritura creativa o algo así. Después de leerlo, ella me sugirió que no estudiara nada, pues eso simplemente haría que mi forma de escribir perdiera su frescura y me alentó a seguir adelante con mi proyecto. 

Así lo hice y en agosto de 2011 tuve el lanzamiento del libro en el hermoso museo “Quinta  Gameros” de la ciudad de Chihuahua y dos meses después, uno en el Consulado General de México en El Paso, Texas.

¿Que por qué me tardé tanto? Pues porque yo era un ama de casa, traductora y mamá de niños chiquitos que solamente escribía cuando tenía tiempo. 

Del libro obtuve diferentes respuestas, la mayoría fueron –afortunadamente- positivas (que los hice reír, llorar, reflexionar). Solo hubo tres personas que me dijeron algo diferente. Una de ellas fue mi hermano Álvaro, quien me sugirió que para la segunda edición no me clavara tanto en detalles (fechas, por ejemplo). Otra amiga  –la periodista Paty Giovine- me dijo que se había quedado picada con el asunto de los novios, ya que no quise tocar el tema, pero cuando le expliqué que lo había hecho por no incomodar a mi esposo ni a las parejas de mis amigas y primas, lo entendió. De la tercera persona prefiero omitir su nombre, solo diré que me hizo pasar un trago amarguísimo, pues no solo me hizo saber que no le había gustado el libro, sino me dio como diez ejemplos de por qué era –según su criterio- la peor porquería que había leído en su vida. Y aclaro, ni él es crítico literario ni yo le pedí su opinión, él me preguntó si me interesaba saberla… ¡y vaya que “se fue jefe” con ella!

En fin, ese mismo año entré a Facebook y comencé a publicar todo lo que me venía a la mente. Ahí empecé a tantear el terreno y poco a poco fui aprendiendo cuáles cosas gustaban de mi forma de escribir y cuáles no. 

Dos años después nació este nuevo bebé, gunistorias.com, el cual me ha dado un sinfín de satisfacciones pues he podido expresar y transmitir mis sentimientos a todo aquel que me distingue con su lectura. 

Así que bueno, aunque no soy una experta en el ramo, en el tiempo que llevo escribiendo me he dado cuenta de algunos factores fundamentales que pueden ayudar a aquellos escritores de clóset:

  1. Escribe cuando así lo sientas, cuando venga del corazón. Por ejemplo, si ves un hermoso amanecer, el aroma a tierra mojada te provoca nostalgia o te emocionas con la llegada de un bebé, toma papel y pluma (o tu compu) y escribe todo lo que sientas. No importa que no tenga sentido ni que sean oraciones o párrafos, pueden ser solamente ideas, sentimientos. A lo mejor en ese momento no puedes hacerlo, no importa, hazlo en cuanto puedas, pero cuidado, mientras más tiempo pase, la emoción irá desapareciendo y entonces aunque lo recuerdes a la perfección, lo que escribas sonará hueco. En mi caso, he notado que el sentimiento me puede durar uno o dos días, así que me da tiempo de plasmarlo en papel (o compu). 
  2. Verifica tu ortografía. Si no quieres depender del corrector de la computadora, lee muchos libros y consulta las palabras que no te sepas, así aumentarás tu vocabulario.
  3. Asegúrate que tu escrito tenga tres partes: introducción, cuerpo principal y conclusiones. 
  4. Sé tu primer crítico. Revisa, revisa y revisa lo que escribiste, hasta que quedes satisfecho. Si no te gusta, lo más probable es que a los demás tampoco. Luego pide la opinión de una o dos personas. 
  5. Publica en donde puedas, expón tu trabajo para que mucha gente lo lea y te retroalimente. Facebook es realmente una gran escuela de la que puedes aprender mucho. También lo es el tener un blog propio, si es que cuentas con suscriptores que se tomen el tiempo de comentar tus escritos.
  6. No te lo tomes demasiado en serio. Relájate y disfruta la escritura. Si tienes ganas de escribir, hazlo. Si no, ponte a hacer otra cosa y regresa más tarde u otro día. 
  7. Todos tenemos una historia que contar. Solo debemos recordar eso de “Entre comer y rascar, todo es empezar”… La escritura y cualquier cosa que quieras hacer requiere, antes que nada, de romper la inercia. Y como dijo Luis Miguel: 

♪ Decídete, no lo dudes más, decídete… ♫

Por último, a todos aquellos que me han apoyado de una u otra manera para que hoy cumplamos dos años… 

¡G R A C I A S!

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