PAYASEANDO

Hoy voy a tocar un tema un bastante sensible, por lo que de antemano ofrezco una disculpa a quien se sienta ofendido.  Y antes de comenzar, aclaro que afortunadamente, hay sus honrosas excepciones, ¿OK?

El tema es la educación de los hijos y la obsesión de algunos padres por mandarlos a escuelas caras. Y ustedes dirán, a ella qué le importa… pues sí, la verdad cada quien puede hacer lo que se le dé su gana, pero no puedo evitar exponer mi punto de vista.

Veamos. Cuando yo era niña estudié en escuela particular porque nuestra situación económica así lo permitía. Después de una de las crisis de finales de los 70´s, mis papás me cambiaron a una secundaria de gobierno y como la situación no mejoró para cuando me tocó ir a la prepa, seguí en ese tipo de escuela. Al poco tiempo llegó el momento de estudiar una carrera, y jamás me pasó por la mente entrar al Tec de Monterrey, que era la universidad más cara de la ciudad en ese tiempo. ¿Por qué? Porque tenía los pies sobre la tierra, al igual que mis papás y toda mi familia. Entré al Tec de Chihuahua e hice la carrera de Ingeniería Industrial en Producción.

¿Qué me pasó por haber estudiado en escuela particular el Kínder, la Primaria y un año de Secundaria? NADA.

 ¿Y qué me pasó por haber estudiado el resto de la Secundaria, la Prepa y la carrera en escuelas de gobierno? Lo mismo, ¡NADA!

¿Aprendí más en una que en la otra? Definitivamente no, y ¿saben por qué? Porque el que es buen gallo, en cualquier gallinero canta.

Un claro ejemplo de esto es mi esposo, quien estudió en una prestigiada universidad mexicana DE GOBIERNO, se graduó con honores y forjó una carrera a base de inteligencia, perseverancia, ética y muchos valores más. Él no necesitó estudiar en Harvard o en qué-sé-yo-dónde para ser un triunfador.

Entonces, ¿por qué muchos papás que estudiaron en escuelas de gobierno hasta dejan de comer con tal de que sus hijos vayan a una escuela cara o elegante…? Me no comprende… ¿Qué tiene de malo una Universidad Nacional o un Instituto Tecnológico (no el de Estudios Superiores de Monterrey)? ¿Por qué los papás insisten en crear lepes fantoches y presumidos?  ¿Por qué esa obsesión por darles a los hijos lo que ellos no tuvieron? Estamos creando una generación de niños que dan todo por sentado, no les cuesta trabajo conseguir nada. Y ¿quiénes son los culpables? Los papás…

Desgraciadamente, la frontera con México no se escapa. Cuando nosotros llegamos de Chihuahua, hace ya varios años, inscribimos a los niños en una escuela particular, pues pensábamos que las públicas –de gobierno- eran una porquería. Al cabo de un año, nos dimos cuenta que era completamente al revés. En las escuelas públicas  los niños iban más adelantados que en la privada, por lo que decidimos cambiarlos, y hasta la fecha estamos felices de haberlo hecho. Cuando estuvieron en la privada, me salían ronchas de escuchar a algunas mamás odiosas amenazar a sus hijos con “cambiarlos a la pública” si no hacían esto o lo otro… ¡Por favor! ¡Ya quisieran tener los fondos y los programas que tienen estas escuelas! Pero no, para muchos papás lo que importa es el qué dirán, el relacionarse con gente ‘bien’… prrrttt!

En fin, nuestros hijos aún son chicos y no saben ni qué van a estudiar. Cuando ese momento llegue, nosotros los apoyaremos en lo que podamos para que estudien una carrera, con los pies bien puestos sobre la tierra.

He dicho.

p.d Se me olvidaba algo. Debo aclarar que, como en todo, hay dos caras de la moneda. Ni todos los padres e hijos de las escuelas caras son sangrones, ni todos los padres e hijos de las escuelas públicas son sencishitos y carismáticos. Un aplauso para toda la gente sencilla. Y ahora sí, he dicho.

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