UBUNTU

El otro día vi la película “In my country”, que en resumen trata sobre unas reuniones de la Comisión para la verdad y la reconciliación que se llevaron a cabo en Sudáfrica después de las atrocidades del Apartheid.  Se juntaba toda una comunidad con un representante de la iglesia y otros líderes. En un lado ponían al acusado de asesinar -y en su mayoría, torturar- a X persona, pero no era un juicio. Al centro pasaba algún familiar de la víctima y contaba los pormenores sobre su desaparición. Entonces el asesino daba santo y seña de la tortura (si es que la hubo) y muerte de la misma. Después de confesar su crimen, solicitaba la amnistía, en muchas ocasiones sin el menor asomo de remordimiento.

En la película aparecieron varios casos desgarradores, pero sin lugar a dudas el más impactante es el de un niño que ha perdido el habla desde que asesinaron a sus padres. A él lo llevan ante la comisión para que escuche al asesino rendir su testimonio. El hombre cuenta cómo asesinó a los dos, sin darse cuenta que el niño estaba presente en la habitación. La escena es realmente conmovedora, ya que el asesino se muestra en verdad arrepentido, a tal grado que se compromete a pagar por sus estudios de por vida. Después de hablar, se acerca al niño y le pide perdón de rodillas. El niño lo mira fijamente, y todo parece indicar que le va a escupir, ya que sus caras están extremadamente cerca, pero el niño le echa los bracitos al cuello.

Esto a los ojos del resto del mundo puede parecer absurdo, sin embargo los sudafricanos, siendo un país con tantas carencias,  nos dan una gran lección. Esa filosofía de reconciliación nacional que inició con la liberación de Nelson Mandela se llama Ubuntu, y su objetivo final es el perdón. El Reverendo Desmond Tutu, quien encabezó la comisión de la verdad, dijo en alguna ocasión: “Una persona con Ubuntu es una persona abierta y siempre disponible, que respalda a los demás y no se siente amenazada cuando otros brillan en algo, porque está segura de sí misma, ya que sabe que pertenece a una totalidad que se decrece cuando otras personas son humilladas o menospreciadas, cuando otros son torturados u oprimidos”. O como dijeran los Hombrecitos Verdes de la película ‘Buzz Lightyear’: “Somos uno… estamos unidos”.

¡Qué alejados estamos los mexicanos de eso! ¿Veremos algún día un juicio en el que los sicarios cuenten todas sus atrocidades y pidan perdón? ¿Será que algún día tendremos la capacidad de aplicar esa maravilla de filosofía  en nuestras vidas? ¿Será que podremos escuchar y comprender a los demás con un respeto total y absoluto? ¿Que podremos entender a los que sufren? ¿Que reconoceremos nuestros propios errores y sabremos perdonar? ¿Será…? Sinceramente, espero que sí…

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