EL DIFÍCIL ARTE DE SER MAESTRO

La vida está hecha de enseñanzas. Venimos a ella a APRENDER. Algunas veces nos tocarán maestros muy queridos, otras, realmente insufribles. Pero… ¿qué es un maestro? Un maestro es una persona que transmite un conocimiento a los demás. Algunos estudian para ello, otros (la gran mayoría) enseñan aún sin proponérselo, de hecho, todos –absolutamente todos- contamos con uno o varios maestros a lo largo de nuestra vida: padres, hermanos, cónyuges, hijos, familia en general, amigos, jefes, compañeros de trabajo, de escuela, profesores, vecinos, mascotas, la vida misma… en fin, cada ser que se cruza en nuestro camino y cada situación que vivimos son (o pueden ser) portadores de una enseñanza, y viceversa, nosotros también –probablemente sin que sepamos- nos convertimos en maestro de alguien. Y aquí no hablo de la docencia, sino de algo más profundo. Dicen los que saben, que aquellas personas con las que tenemos más problemas, las que nos caen más gordas, son nuestros mejores maestros. Carlos Castañeda les llama “los pinches tiranos”. Afortunadamente son contadas las personas que me caen muy pero muy mal, y cuando me topo a alguien así, me gusta pensar que antes de venir a esta vida nos pusimos de acuerdo para hacernos la vida de cuadritos y que pudiéramos aprender algo de eso. Claro que la vida no es como la escuela, aquí no podemos copiar ni hacer trampa. Depende exclusivamente de nosotros el aprender o no la lección. Si lo hacemos, todo quedará como un simple recuerdo. Si no lo hacemos, se  nos seguirán presentando las mismas situaciones y/o el mismo tipo de personas, hasta que nos caiga el veinte y APRENDAMOS.

Hoy quiero hacer un reconocimiento especial a todos y cada uno de mis maestros, incluyendo a los de la escuela, así que va todo mi cariño y agradecimiento:

  1. A la señorita Sara León (Preprimaria).
  2. A las madres Bernardita la flaquita – (1º), Juana Torres Manzano (2º), Bernardita la Gordita (3º), Magdalena (4º), Pilar (5º) –a ella una mención especial por ser la maestra más discriminadora que he tenido en la vida, y quien con su odio me hizo demostrarle de qué estaba yo hecha-, Chayo (6º) –un remanso de paz, después de haber sufrido lo indecible con la anterior-, Carmen (1º de Secundaria, súper estricta pero justa, sin pelos en la lengua; abría la puerta de nuestro salón –especialmente después de Educación Física- y cuando le llegaba nuestro suave aroma, nos gritaba: “¡Pónganse limón!……….. ¡Úntense bicarrrrbonato!”, abriendo todas las ventanas para que se saliera la peste, jajaja, ¡pobre!).
  3. A los diferentes maestros (inglés, educación física, música) de Primaria y 1º  de Secundaria:  el ‘Patillas Roñosas’ (jajaja, perdón pero no me acuerdo de su nombre y así le pusieron mis hermanos), la Sra. Rosella Prieto (ella nos enseñó el Padre Nuestro en inglés, pero no sé si era la titular), “La Bruja” (un maestro que nos daba clases particulares de piano, mismas que yo odiaba y por lo tanto no le ponía empeño; en una ocasión le “renuncié”, pero mis papás no me dejaron, jajaja), a otro maestro viejito y flaquito que también nos daba música en 5º. Y 6º y que nos enseñó las biografías de los grandes como Chopin, Bach, Beethoven, entre otros. A la maestra de Dibujo  (no me acuerdo cómo se llamaba pero era guapísima). Al Profesor de Ciencias Naturales (súper buena gente, un poco grande de edad y con quien me inicié en eso de las metidas de pata: un día me quise hacer la graciosa y cuando él dijo que si alguien tenía alguna pregunta, yo levanté la mano y dije: “¿Qué va a hacer esta noche?”, la cual era una frase muy socorrida en las telenovelas; de inmediato se hizo un silencio impresionante en el salón y me di cuenta de la metida de pata que había dado; afortunadamente, el Profesor era tan lindo que, con su voz bondadosa me rescató diciendo: “Hoy en la noche voy a estar con mi familia, como siempre”… ¡fiu!).
  4. A los de 2º y 3º. de Secundaria. Quisiera rendir homenaje a todos ellos, pero desafortunadamente no recuerdo los nombres:

Víctor Villalobos (Ciencias Sociales 2, buenísima persona, me escribió algo muy bonito: “Vive este día como si fuera el último de tu vida”), Leobardo Sánchez Silva ‘Takeshi’ (Ciencias Naturales 2, muy jovial, siempre sonriente y agradable), Salvador Sánchez (Español 2, tenía un método muy peculiar para llamar nuestra atención: cuando nos poníamos a hablar como tarabillas, empezaba a dar la clase con una voz apenas audible… ¡en menos de dos minutos lograba calmarnos!), Víctor Vázquez (Matemáticas 2, siempre iba súper elegante a sus clases, de traje), Martha Alanís (Taquimecanografía, de falda y tacones, una vez me dijo algo muy cierto: “Todos los extremos son malos”), Vicente Valles (Ciencias Naturales 3, súper lindo, muy identificado con los jóvenes), Carlos Millán ‘el Príncipe Azul’ porque siempre se vestía de ese color (Inglés 3), Isaías Orozco (Ciencias Sociales 3, le dieron en su mero mole cuando vimos el régimen comunista), Esteban Alva Jr (Inglés 2… ¿qué puedo decir de este maestro? Era de los más jóvenes, súper educado, pulcro y carismático. Yo llegué a tenerle mucho cariño. En una ocasión, tuvimos que aprendernos una breve historia. Era tan buen maestro que jamás la he olvidado: “Mrs. Martínez went to the park yesterday. When she left, she forgot her purse on the bench. An old man came and saw the purse on the bench; he followed Mrs. Martínez and called her: ‘¡Lady!’. He gave her the purse. Mrs. Martínez was grateful and gave him a tip”).

  • A los del COBACH 3TM. Aquí también una disculpa a todos los que no menciono. Empezamos con el Ing. Antonio Sandoval Olivas (Física), súper inteligente y buena persona. Elsa Mireya Rodríguez Gallardo (Literatura, al finalizar el año nos dio un papelito con una poesía de Rudyard Kipling: “No Desistas” –Cuando vayan mal las cosas como a veces suelen ir… descansar acaso debes, pero nunca desistir), Pedro Gallo (Química), Rosario Durán (Inglés, estricta, pero muy buena para explicar), la maestra de Metodología (Socorro no sé qué… recuerdo que nos enseño lo de Modus Tollendo Tollens y Modus Ponendo Ponens), la de Laboratorio (creo que se llamaba Jesusita), la de E.S.E.M (muy guapa, pero no me acuerdo de su nombre), Carlos Girón (Cálculo), Graciela González (excelente maestra de Química con una personalidad que nos cautivó desde el primer día pues era una mujer muy segura de sí misma. Nos encantaba su forma de maquillarse y la manera en que daba la clase, pero lo que más admirábamos de ella era que apenas se había casado y ya no era una jovencita (no me acuerdo qué edad tendría, ¿30?, ¿40? no sé, solo sé que en esa época era una edad poco convencional para casarse).
  • A los del ITCH, alias mi querido Tec de Chihuahua. En primer lugar, y aunque nunca me dio clases, no puedo dejar de mencionar a una finísima persona, que con su rectitud y amabilidad se ganó el cariño y el respeto de todos, nuestro Director, el Dr. Esteban Hernández. De igual manera, y con el mismo cariño: Posada, la Escuadrita, el Cartulino, Maurilio, Santiesteban, Pinoncelly, García Terrazas, Horacio Baca, Germán Máynez, Aguayo, Manzanera, Luján (el joven y el señor), Rodríguez, Castellanos, Hinostroza, Delia Castillo, Salvador Sánchez, Carrasco, Miguel Gallardo, Galicia y el Cabo Telésforo López (el instructor de la banda de guerra y escoltas). Aunque sí son todos los que están, no están todos los que son, por lo tanto, ofrezco una sincera disculpa a aquellos que se me pasaron.
  • A los otros maestros que he tenido (en la actualidad, a Daniela quien me da clases de Italiano, y a Betsy y Gilberto, de Pilates).

Sin lugar a dudas, los maestros nos marcan, unos más que otros. Ya para terminar quiero compartir con ustedes un ejercicio hermoso que tuvo nuestra querida maestra de Psicología, Delia Castillo. En una de sus clases nos puso a escribir nuestros nombres en un papelito, luego los pusimos en un frasco, y cada quién escogió uno.  Posteriormente, nos dio diplomas en blanco para que pusiéramos el nombre de la persona que nos tocó, y le dijéramos sus cualidades. Curiosamente, no recuerdo a quién le escribí yo, ni qué le dije, pero tengo perfectamente grabado lo que mi compañero Raúl me escribió a mí. Fue un ejercicio realmente hermoso que aumentó nuestra auto-estima.

Gracias a Dios, mi hija de tan solo 13 años acaba de vivir un experimento como ese. Una de sus maestras (Mrs. Gafkjen) pasó una hoja en blanco a cada uno de sus alumnos y les pidió que escribieran algo bonito de todos sus compañeros. Al final, ella se encargó de resumir todo en hojas individuales y se las entregó a los muchachos. ¡Mi hija estaba emocionadísima! Lo que más recuerdo es que le chulearon su carácter, su sonrisa y su cabello… ¿qué más puede pedir una adolescente?

A ella, a Delia Castillo, a los maestros que he tenido y/o que mencioné, y a todos los que día a día hacen una diferencia en la vida de sus alumnos… ¡GRACIAS!

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